Editorial |
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Homenaje de Julio en AlcaláEl pasado sábado 12 de noviembre de 2005, en el Jardín Botánico de la Universidad de Alcalá de Henares, los compañeros y compañeras, profesores y profesoras de Julio Ramos, rindieron un sencillo pero emotivo homenaje junto a la familia de Julio, a través de la Plantación de una árbol en uno de los lugares más emblemáticos de este Jardín Botánico. En el acto de homenaje, los compañeros de Julio leyeron algunas palabras, como lo hicieron alguno de los profesores de Julio. Asimismo fue interpretado una pieza musical compuesta por Gabriel González (cuya letra disponéis en Legatus Digital) en honor a Julio.
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Desde el equipo editorial de Legatus y la Asociación de Ciencias Ambientales en general, hemos querido acompañar a los familiares, compañeros y amigos de Julio y realizar un sencillo homenaje dedicando enteramente esta edición de Legatus que hemos estado preparando desde que supimos de la desgraciada noticia. Han sido 4 meses de contactar, escuchar y recopilar textos con la ayuda de mucha gente, que desde aquí queremos agradecer.Hemos querido también dejar un lugar para que personas de la zona afectada pueda expresar sus inquietudes, sentimientos, reflexiones … creemos que nos darán hacer que pensar a todos.- Esperamos que te guste Julio …
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Esa mañana ...
Esa mañana guardamos un solemne silencio por las víctimas, todavía anónimas para mi, de un incendio forestal que estaba arrasando la provincia de Guadalajara. Algunos nombres rondaban mi cabeza. Algo después, en un descanso de aquel curso sobre espacios protegidos, se confirmó la sospecha. Conocía a alguna de las víctimas del fuego.
Desde unos años antes me había hecho a la idea que el primer fallecimiento de un compañero de carrera del que tendría noticia se produciría en la carretera. Alguno de esos consultores comerciales grises, dedicados al medio ambiente en marrón, que recorren cientos de kilómetros diarios buscando una comisión por algún proyecto para resolver incumplimientos legales de alguna empresa industrial.
Aquella tarde cruzábamos la Comunidad de Madrid, dispuestos aportar un granito de arena para la solución de uno de los graves problemas que tiene la conservación del medio ambiente en este país. El corporativismo.
Julio había conseguido una entrevista con Rosario Arévalo para comentar algunas dificultades del ejercicio profesional de los Licenciados en Ciencias Ambientales de Castilla La Mancha. Por lo visto, varios compañeros habían tenido problemas con sus estudios de impacto ambiental. La titular de la Consejería de Medio Ambiente nos recibió en Toledo. No acertaba a comprender cómo se podían poner pegas por un visado que, ni es exigible, ni tiene sentido.
De vuelta a casa comentábamos cómo aquel barbecho urbanístico de la zona sur de la Comunidad de Madrid se iba poblando de naves y carreteras. De la necesidad de un referente de medio natural para escapar de aquella jaula de asfalto y ladrillo.
Hemos ido olvidando el significado de las señales. No nos interesan. Solo queremos escapar de la tensión del día a día. Llevar nuestro modo de vida con nosotros a un escenario distinto, donde nos encontramos a gusto porque nuestras miserias quedan fuera de contexto y parecen desaparecer. Pero no somos capaces de librarnos de ellas, nos acechan y esperan cualquier golpe de viento para salir a la luz.
Un acontecimiento que hace unos pocos miles de años, tal vez en otra parte del planeta, hubiese supuesto a sus habitantes la posibilidad de expandir tierras de cultivo o ampliar pastos para el ganado, en nuestros días es una catástrofe ambiental en el más amplio de los sentidos. Una catástrofe ecológica, económica y social.
Cada verano no solo perdemos familiares, amigos y compañeros. Con las llamas vamos borrado para siempre la historia que, generación tras generación, se ha ido dibujando en forma de paisajes. Cada vez quedan menos gentes capaces de comprender e interpretar esas señales que nos dicen que somos seres vivos, producto de la sucesión ecológica, ciclos de materia movidos por flujos de energía capaces de acumular información. Alberto Vizcaíno.
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Homenaje a Julio |